Como seguramente existen en este momento miles de blogs donde hablan sobre la muerte de Michael Jackson y no puedo negar la inercia borreguesca ante un tema tan suculento para relamerse los dedos al escribir sobre él, ahí va, el blog número un millón (esto no lo se de cierto, pero suena bien, lo pone en un sitio privilegiado) sobre el "Rey del POP".
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Hay algo en la imagen de Michael que nunca me convenció, tal vez su cuerpo raquitico (delgado, sin una definición muscular específica, esa figura androgina, en fin), tal vez su mutable tez, tal vez su uraña y exotica vida, tal vez porque soy más rockero que popero.
Sin embargo, hay algo en esto de la muerte del más pequeño de los "Jackson Five" que ha estado dando punzadas a la altura de mi esternon. Este hombre impuso moda, forma, estilo y dió, de algún modo, los parametros de la cultura pop de los ochenta y parte de los noventa. Con él sólo Madonna (claro, es la reina en el reino del POP) no se convirtió en la figura stereotipada del pop que aparece un día, es el máximo exponente al otro día y se olvida al tercer día.
¿Por qué no podemos olvidar al "Rey"? ¿es por su música? ¿Por su baile? ¿Por sus escandalos? ¿por mera publicidad? Tal vez todo junto...
Lo que es me es cierto es que, como toda figura pública, todo lo anterior conformó al michael que vimos en los últimos años, y que tal vez sea -lamentablemente- una de las formas en que la presente generación lo recordará; tal como le ha pasado a muchos otros que, dicen, no saben retirarse en su momento (ejemplos sobran: Fernando Valenzuela, Cher, Saúl Hernández, Hugo Sánchez, Fidel Castro, Timbiriche, el mismo Elvis, el PRI el PAN y el PRD, etc...).
No sé si violo a los niños, no se si sentia repulsión hacia su negritud o su apariencia en general, no se si estaba loco, no se si murió de una sobredosis, no se si sus hijos son suyos, no se si realmente esa frase que el le dió sentido de "sin mis fans no soy nadie" sea del todo cierta, no se si era un honesto filantropo o un truculento evasor de impuestos...
De algo no me queda duda, esa entrega en sus conciertos, esa forma de bailar, la precisión y contundencia de cada movimento por ínfimo que este sea, esa voz chillante que entonaba desde gritos hasta plegarias, esa manera de arriesgarse a cada momento con algo "nuevo", con algo nunca visto en términos económicos, de espectaculo, de pantalla, de excentricidad y al final, sin duda alguna, de un artista en toda la extensión de la palabra.
Cada cosa en su lugar, considero que Michael puede ser condenado por muchas cosas, pero todas esas cosas pueden y deben ponerse en una caja, cerrarla y ponerla en un rincón del sotano, sabiendo que ahí esta, pero que la casa completa fue su música y su baile, su audacia y enorme colmillo, su pasión y derroche de energia en cada concierto, video o canción...