jueves, 31 de enero de 2008

AMANTE AGRADECIDO A LAS LISONJAS MENTIROSAS DE UN SUEÑO.


¡Ay Floralba! Soñé que te... ¿dirélo?
Sí, pues que sueño fue: que te gozaba
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
Juntara tanto infierno a tanto cielo.

Mis llamas con tu nieve, y con tu hielo,
Cual suele opuestas flechas de su aljaba,
Mezclaba amor, y honesto las mezclaba,
Con mi admiración en su desvelo.

Y dije: Quiera amor, quiera mi suerte,
Que nunca duerma yo, si estoy despierto,
Y que si duermo, que jamás despierte.

Mas desperté del dulce desconcierto;
Y vi que estuve vivo con la muerte,
Y vi que con la vida estaba muerto.

Francisco de Quevedo.

jueves, 17 de enero de 2008

LA VIDA ME DA RISA


El escenario esta compuesto por una mesa con espejo de frente a proscenio que fungirá como el lugar donde Paco se maquilla y prepara para sus presentaciones, hay una maleta al lado derecho de la mesa y una silla giratoria; todo al centro izquierda; al centro enfrente estará un banco con un micrófono que será el escenario donde Paco cuenta sus chistes al respetable. Paco tendrá en el momento en que cuenta su último chiste cierta interacción con el público.
Paco aparece con una sonrisa esperando la risa del publico por un chiste que acaba de contar, al ver que el público queda completamente estático dice:

PACO: ¿Ya ven como son?, ‘ta bueno, les voy a contar el último, pero ríanse porque sino, me corren... Miren... Ahí tenían que había una conferencia sobre el amor a donde acudieron las más renombradas eminencias en las áreas de política, medicina, economía y matemáticas. Entonces pues se sube el primer exponente que es un doctor en ciencias políticas. Sube agradeciendo los aplausos como todo buen político que saluda a su gente en un mitin proselitista, promete que todo el país va a tener amor y fraternidad, y llega a la parte donde expone su teoría sobre el amor y dice: Conciudadanos, el amor es la mejor de las democracias. Y todo el público apañado, con la boca abierta, estupefactos, comienzan a preguntarle al político – ¿Por qué? ¿Por qué? – y les contesta el político: Porque siempre goza el que esta arriba como el que esta abajo. Y todos como locos ¡Bravo! ¡Bravo! (chiflidos, coros, etc.) Luego llega el doctor en medicina, sube al estrado, el publico lo ovaciona, el medico los mira con desprecio y se hecha un chorizo enorme de cómo el amor causa que ciertos órganos se paren... como el corazón, por ejemplo; llega al momento de su máxima y dice: Colegas, el amor es la peor de las enfermedades... y otra vez el público ávido de conocimiento le pregunta - ¿Por qué? ¿Por qué? – y el medico les responde: por que siempre, tarde o temprano, se acaba en la cama. Y todos como dementes ¡Bravo! ¡Bravo! (nuevamente chiflidos, coros, etc.). Y ya no. Llega ahora el economista también en medio de aplausos y toda la cosa, Se echa su rollote pseudomarxista – leninista guadalupano del papel del amor en la economía y como afecta en los ahorros a las personas que no tienen a su peor es nada, ya sabrán, pus’ yo tomando nota, grabando la conferencia, ¡metidísimo! para ver como le hacia para economizar en las idas al cine "Teresa" y como hacer tu propia revista para caballeros y demás tonteras en las que gasta un soltero como yo. Total, llega el economista y dice su sentencia sobre el amor: Camaradas, el amor es el peor de los negocios. Y todos atemorizados preguntan -¿Por qué? ¿Por qué? – y les dice el economista: porque siempre sale menos de lo que entra. Y todos delirando ¡Bravo! ¡Bravo! (nuevamente chiflidos, coros, etc.). Aparece el matemático y sube al estrado, ya saben, con su "Jornada" bajo el brazo, todo harapiento y fumando sus “delincuentes” y todos como diciendo: “y ora este trinche hijo de vecina ¿quién es? – ¡Ese de la limpieza! - ”. En fin, se para en el estrado y empieza a dar una comprobación matemática llena de ecuaciones, campos semánticos, estadísticas, variables y demás del amor como algo medible y palpable, así que llega a su conclusión diciendo: Miren ca...nijos, el amor es la ecuación perfecta. Todos se quedan así como anonadados – no, no se hicieron del baño, señora – nomás se quedaron impresionados, vaya. Y empiezan - ¿Por qué? ¿Por qué? – y les dice el matemático: Porque se toma el miembro, se eleva a la décima potencia, se mete entre paréntesis, se le saca el coeficiente y se reduce a la mínima expresión...

Dependiendo de la reacción del público, Paco se despedirá de él agradeciendo su presencia y esperando que les haya gustado el espectáculo, hace mutis y sale por la derecha. A los pocos momentos entra nuevamente pero ahora se dirige al escritorio con el espejo y comienza a desmaquillarse mientras se sirve una copa de una botella de vino que saca de una maleta y enciende un cigarrillo. Comienza el monologo en el que se dirigirá al espejo.

PACO: ¡Si, si! Ya se que fue un asco, y ¿qué? Esto es lo que quiero, toda mi vida quise ser visto y ahora lo soy, aunque sea por esos “pedotes” que solo toman y no se ríen. (Saca de un cajón del escritorio un bote de pastillas y toma una) No empieces, tengo “show” en dos horas y esto me mantiene despierto y nada más así me acuerdo de los chistes (camina por el sitio tomando su copa y fumando su cigarrillo. De pronto se detiene y va nuevamente al cajón y toma otra pastilla; se dirige luego al espejo) ¡Ya se, ya se! Solo me tengo que tomar una pastilla pero, ya sabes, pinches médicos... exageran… (Toma la botella y se la muestra al espejo) se te acaba el éxito. (Ríe explosivamente) ¿No estas contento? ¿No te das cuenta que esto es lo que querías? Ser admirado, que te aplaudan, ser el centro de atención, ser todo al menos un instante... Entonces, ¿por qué me reclamas? ¿Nada más porque mis chistes se los robe al Polo Polo?, Bueno aquí nadie los conoce y son felices... son felices... felices...

Paco deja la copa en el escritorio y se desabrocha la camisa para echarse desodorante que esta sobre el escritorio junto con todo su maquillaje y elementos de aseo personal. Comienza a caminar por la estancia y en eso se da cuenta que no tiene la copa en la mano y corre hacia el escritorio y se acaba lo restante de un sorbo.

PACO: ¡Si! Ellos son felices y yo que soy el cómico, no me rió. Ya no puedo reír y mis sonrisas son puro y mero compromiso... (Vuelve a servirse otra copa) No, no quiero volver a ser payaso, eso me dejaba sin dinero, sin aplausos de gente conocedora, sin fama, sin chupe, sin nada... (Para si mismo, olvidando al espejo por un momento) Podía reír, esos niños… la alegría de los niños... (Comienza una parte de su show cuando era payaso de fiestas infantiles, será el único momento en que olvide al espejo y la copa por un momento) ¡Hola niños! Yo soy ¡el gran polillin!, ¿quién cumple años hoy?... Hola amiguito ¿cómo te llamas?, ¿en serio? Amiguitos ¿de verdad se llama así? Entonces voy a hablar con tus papas porque te llamas igual que mi perro y no se pueden llamar igual ¿qué ese nombre no es para perro?, claro que sí, mi perro se llama igual, se llama Canesto... ¡Ah! Te llamas Ernesto pues hay que hablar bien... Bueno y hablando de perros... les voy a enseñar un perro que habla, y que me cabe en la palma de la mano... ¿quieren conocerlo? Muy bien... ¡Sal de ahí chiquilín!... No es que Canesto es mi otro perro pero ese solo habla ingles y yo no lo entiendo. ¿Alguno de ustedes habla ingles? ¿Tú? A ver si es cierto... ¿cómo se dice nariz en ingles?, nous, no, no se, como que no se pronuncia así, si yo digo que no se es porque no se... ¡ah! Se pronuncia nous... bueno esta bien, como no me gusta que se rían de mi, pues ya me voy (hace como si fuera a hacer un berrinche y toma su maleta), no amiguitos, es que ya me hicieron llorar y cuando lloro mi perro chiquilín se enoja y quiere morder a todos (hace la sombra de un perro con su mano y se abalanza hacia al público como si la mano los fuera a morder), ¡Amiguitos! este es chiquilín. Chiquilín, saluda a los niños.
CHIQUILIN: (chiquilín será la sombra de la mano y Paco fingirá voz de perro) Hola niños soy chiquilín el perro que habla. Y este de aquí es mi mascota polillin.
PACO: ¿Cómo que tu mascota? La mascota eres tú, porque tú eres un perro.
CHIQUILIN: No, porque la mascota es la menos inteligente y tu con ese ingles eres de lo peor, you now?
PACO: Este... sí… pero yo se mas matemáticas que tú, pregúntame ¿cuanto es ciento cuarenta y cinco por noventa y seis?
CHIQUILIN: ¿Cuánto es ciento cuarenta y cinco por noventa y seis?
PACO: Y ¿Cómo voy a saber? Esta re – difícil.
CHIQUILIN: Ya ves como eres bien tonto.
PACO: No me hables así, porque te meto en la maleta.
CHIQUILIN: tú me metes y yo te muerdo.
PACO: Pues vas pa’ dentro.

Intenta meter su mano en la maleta, pero esta lo intenta morder, forcejea un poco y termina en el suelo atacado por la mano. Comienza a reír, se levanta y se sienta en la silla, cambia nuevamente a lo anterior y se queda viéndose en el espejo muy serio.

PACO: Si, eran los mejores tiempos (vuelve a tomar su copa con cierto nerviosismo) sacaba unos pesos extras en el camión, vivía con mi mama, y ella me comprendía que me desvelara solo para hacer mas felices a los niños, haciendo nuevas bromas, practicando trucos de magia... era mi pasión, ¡mi vida!, todo tenía sentido: darle una vida mejor a mi mama. Pero tuviste que morirte, carajo. ¿Por qué? ¿Por qué esa tos? Todo iba bien hasta que le dio ese pinche cáncer de pulmón. Y por andar de idiota con los trucos, las bromas, las risas… esas risas, esa alegría… no me di cuenta, por mi culpa ¿entiendes? ¡por mi culpa!

Paco se termina la copa de un sorbo y vuelve a servirse, prende otro cigarrillo, y se apoya en la mesa viéndose en el espejo.

PACO: Ahora vivo con risas ebrias, morbosas, burlonas, delirantes, decadentes... Y escuchar esa risa simple y sincera de un niño, pura, espontánea, ya no más, ya nunca más... Y ahora aquí, en coche, pinche vocho destartalado. Mi vida es solo... risa. Da risa. (Irónico) ¡Doy risa y ni viéndome en el espejo me encuentro la gracia!

Paco comienza a sollozar, se levanta y empieza a caminar en círculos, antes de completar el primer circulo, vuelve a fijarse que no tiene la copa en la mano, se dirige al escritorio y cuando la toma se ve en el espejo y empieza a dirigirse a él de una manera melancólica, casi de imploración.

PACO: Ya no puedo, ya son cinco años de tener que oír esas risas putas, ¿qué no merezco una segunda oportunidad?, y ese niño de ayer al medio día – (En el tono de Polillín) ¡hola, amiguito! – y le di miedo. Pedo, como estaba, pues ¿Qué esperaba? Lo quise saludar y salió corriendo... ¿Es que ya soy ese monstruo? Y todo por el dinero, la fama, las mujeres, el alcohol, el cigarro.

Paco tiene un intento por ponerse frenético e intenta aventar la botella, pero se detiene casi de inmediato, la toma entre sus brazos y la abraza, se aferra a ella, y da un trago directamente de la misma.

PACO: No tengo nada de eso… ni fama, ni mujeres; solo esta botella de vino de veinticinco pesos, unos cigarros sin filtro, un vocho traqueteado, un libro de chistes que no son míos, y función dentro de un rato.

Paco comienza a sentirse mal, se marea y comienza a bostezar. Al darse cuenta de esto abre nuevamente el cajón y saca sus pastillas toma una, la introduce en su boca, mira unos instantes el bote y saca todas las pastillas y se va tomando una a una con pequeños sorbos de vino que se ira sirviendo como una rutina de tres pasos: toma la pastilla, sirve un poco de vino y se pasa la pastilla. Todo esto mientras va diciendo:

PACO: (pastilla) que me importa, total hay mejores que yo, (sorbo) habrá otro que venga a contar chistes, (pastilla) y que sea el comediante exitoso, (sorbo) además, para los pinches amigos que tengo (pastilla) que después de media hora de conversación quieren que los haga reír; ¡Pendejos! Nomás borrachos se ríen de mis chistes… (Sorbo) solo los niños me dieron vida, (pastilla) y ayer uno me la quito, (sorbo) y todo sigue su camino, (pastilla) la vida ya no me causa ni sufrimiento, ni preocupación, ni ánimo… la vida... la vida me da risa.

Toma feliz otras tantas pastillas y se las toma junto con la botella. Se levanta y empieza a murmurar cosas, de pronto se voltea al público y dice con la voz de “Polillin”

PACO: Perdón amiguitos, aquí estoy solo para ustedes, les voy a enseñar un truco de magia: ¿ven esta bolsa?, comprueben ustedes que esta vacía, de aquí saldrá algo que nunca han de perder: la risa. Solo digo las palabras mágicas que ustedes deben repetir conmigo: parangüaricutirimicuaro grande y chico. (Espera a que el público repita) Otra vez. Parangüaricutirimicuaro grande y chico, (espera la respuesta), todos juntos: arriba, abajo y brinco. (Espera respuesta) ¡De este saco salga el deseo cumplido! (voltea a ver sus manos vacías. Se exalta y repite el hechizo) Parangüaricutirimicuaro grande y chico. (espera respuesta ansioso) Todos juntos: arriba, abajo y brinco. (Nueva espera de respuesta) ¡De este saco salga el deseo cumplido! (Nuevamente las manos vacías. A punto de estallar y ya con su voz normal) Pangüaricutirimicuaro grande y chico, todos juntos: arriba, arriba, arriba; abajo, abajo, abajo y brinco, brinco, brinco. ¡De este saco salga el deseo cumplido...! Ya debe haber salido pero no lo vi. Vamos a buscarlo…

Comienza a inspeccionar todo el bar, en la barra, las mesas, los vasos, el baño, y comienza a perder el equilibrio y a caer mientras dice “por aquí debe de estar”, “¿usted no lo vio?” “¿dónde está la risa?”, “necesito un trago” toma de cualquier mesa un sorbo y sigue su búsqueda hasta que llega nuevamente al escenario cayéndose, intentándose levantarse, con la respiración agitada, perdiendo el control.

PACO: (balbuceando las palabras, alcanza a decir:) Amiguitos… ¡los quiero mucho! Espero que se la sigan pasando bien, yo soy ¡el gran Polillin! espero verlos pronto con una risa en la mano y una flor en la boca... Bueno, ¡al revés!

Cae sin vida en medio del escenario mientras llega el

OSCURO

martes, 15 de enero de 2008

NADA


Personajes

Él
Ella

Él recostado en la cama como disponiéndose a dormir. Hay dos mesas de noche, cada una con su lámpara, que de preferencia será la única iluminación. Ella esta parada al lado de la cama en espera que Él le de un beso de buenas noches.

Ella: ¿Que esperas?
Él: Nada.
Ella: Entonces, ¿Qué haces?
Él: Nada.
Ella: ¿Piensas algo en particular?
Él: En nada.
Ella: Entonces, no significo nada para ti.
Él: Nada.
Ella: Quince años, y no soy nada. Esto es maravilloso. Entregas tu juventud a alguien y no significas nada para ella.
Él: Absolutamente nada. Buenas noches.
Ella: Nada… nada… ¡Nada de buenas noches! Tenemos que hablar.
Él: No tenemos nada de que hablar.
Ella: ¿Qué te pasa? ¿No he sido una buena novia, una buena amante y una buena esposa?
Él: Has sido buena. Nada más.
Ella: Pues, ¿Qué esperas de mí?
Él: Nada. Nada.
Ella: ¿Qué ha pasa contigo? ¿Estas con otra?
Él: No estoy con nadie. Solamente no tengo ánimo para nada. Eso es todo.
Ella: ¿No necesitas algo? ¿Comida, un masaje en los pies… algo?
Él: Nada. No necesito nada.
Ella: Te puedo traer una piernita de pollo que sobro de la cena, si quieres.
Él: No me traigas nada.
Ella: Amor, dime algo.
Él: Nada.
Ella: ¡Ya basta de nadas! ¿No puedes decirme alguna otra cosa, aparte de nada?
Él: No, nada.
Ella: ¿No estás contento con el nuevo trabajo?
Él: No tiene nada de interesante.
Ella: Pero si te ascendieron, tienes mejor sueldo. Te dieron un coche con chofer, vacaciones una vez al año y totalmente pagadas. Los niños están en una buena escuela. Yo adelgace, ¿lo ves?
Él: Nimiedades. Y no enflacaste nada.
Ella: Ya bájale, ¿No? ¿Yo que culpa tengo de tus depresiones?
Él: Nada. Ninguna culpa.
Ella: Pero reacciona, por favor. ¿O vas a estar así toda la vida?
Él: Como dice la canción: “La vida no vale nada”
Ella: No te hagas el chistoso. Es por lo de Rogelio, ¿Verdad?
Él: No tiene nada que ver.
Ella: Si lo que te tiene tan de malas es que hayamos sido amantes, quiero decirte que no te preocupes, no significó… nada. ¡Ja, ja, ja!
Él: Efectivamente… no significa nada.
Ella: ¡Ah! Detecto cierto tono de celos. Dime qué tengo que hacer para que no te enfades conmigo.
Él: No tienes que hacer nada. Esta hecho. Punto.
Ella: Entonces… ¿Te duele? ¿Te duele que haya estado con otro hombre?
Él: No me duele nada.
Ella: Me estas desesperando con tus nadas. Puedes, por lo menos, cambiar tu conversación.
Él: No voy a cambiar nada.
Ella: Pues no hagas nada. Para lo que me importa. ¿Qué haces?
Él: Nada. Voy a leer.
Ella: ¿Necesitas que te ayude en algo?... Sí, ya se. “En nada” Que pesado andas.
Él: Nada en comparación tuya.
Ella: ¡Ah! Pero el sentido del humor no lo pierdes para nada, ¿Verdad?
Él: Para nada.
Ella: Seguramente con ella has de hablar de todo.
Él: Tampoco hablo nada con ella.
Ella: ¿Cómo que con ella? Así que sí hay otra mujer. ¡Desgraciado! ¡Maldito imbecil!
Él: Es lo que querías escuchar, ¿no? Pues, de nada.
Ella: ¿A qué te refieres? ¿Hay o no hay otra mujer?
Él: No hay nada.
Ella: ¡Ay, mi amor! Ya sabía que sí soy importante para ti.
Él: Para nada.
Ella: ¿Para nada? ¿Con quien estas? Con la resbalosa esa de tu secretaria...
Él: ¿Rebeca?… no pasó nada.
Ella: ¿A quién quieres engañar? Yo no soy tonta.
Él: No eres nada tonta.
Ella: ¿Por qué me lo dices en ese tono?
Él: Por nada.
Ella: Tu problema es que eres muy poco hombre para cualquier mujer.
Él: No soy nada.
Ella: ¿Estas llorando? ¿Por qué no lloras? Deberías llorar, tanto que te jodo…
Él: ¡No digas nada!
Ella: Ahora te enojas. No quieras hacerme pasar por la mala de la película. Yo no tuve la culpa.
Él: No te estoy recriminando nada.
Ella: Yo no tuve nada que ver.
Él: Ya se que no tuviste nada que ver.
Ella: Pero ponte en mi posición. He tenido que buscar a alguien más. ¿me disculpas?
Él: No tengo nada de que disculparte.
Ella: ¡Encabrónate, puta madre! ¡Pégame! ¡Haz algo! Si te estoy jodiendo la vida, ¿Por qué nunca haces nada?
Él: No me has jodido, ni molestado, ni avergonzado absolutamente en nada.
Ella: ¿Sabes que? Ya estoy harta de tu pasividad, de tu mediocridad… de tu nada. ¡A la chingada! Quiero el divorcio.
Él: Llevas dos meses diciéndome lo mismo. Y ya sabes la respuesta: No te doy nada.
Ella: ¿Por qué eres así? ¿Qué no te das cuenta de que esta situación es insoportable? Ya no puedo más con esto. Estoy desesperada.
Él: Y quieres que te pegue para que te puedas divorciar y sacarme todo el dinero, pues ¡na, nay!
Ella: Eres una bestia. ¿Crees que ha sido fácil soportarte? Pues déjame decirte algo, eres la persona más aprensiva, insegura y mezquina que conozco. No se como he podido estar todo este tiempo soportándote con tus berrinches, tus depresiones, tu egocentrismo…
Él: No sirven de nada tus escenitas, ya lo sabes.
Ella: Ojala y te mueras. Ya no te soporto.
Él: ¿Y dejarte viuda con los niños siendo menores de edad? Para nada.
Ella: ¿Ahora qué haces?
Él: Nada. Voy al baño y después a dormir.

Besa a Ella en la mejilla. Se agacha y saca de abajo de la cama una silla de ruedas plegable. Se sube en ella y sale de escena. Ella apaga la luz de su mesita de noche.

Telón