jueves, 31 de enero de 2008

AMANTE AGRADECIDO A LAS LISONJAS MENTIROSAS DE UN SUEÑO.


¡Ay Floralba! Soñé que te... ¿dirélo?
Sí, pues que sueño fue: que te gozaba
¿Y quién, sino un amante que soñaba,
Juntara tanto infierno a tanto cielo.

Mis llamas con tu nieve, y con tu hielo,
Cual suele opuestas flechas de su aljaba,
Mezclaba amor, y honesto las mezclaba,
Con mi admiración en su desvelo.

Y dije: Quiera amor, quiera mi suerte,
Que nunca duerma yo, si estoy despierto,
Y que si duermo, que jamás despierte.

Mas desperté del dulce desconcierto;
Y vi que estuve vivo con la muerte,
Y vi que con la vida estaba muerto.

Francisco de Quevedo.