jueves, 18 de noviembre de 2010

Volver...

Vuelvo sin mucho que decir... o mejor dicho con mucho que contar pero sin encontrar las palabras que resuelvan el laberinto mental. Ya estoy en el caótico y seductor DF, con la mujer que amo. La maestría sigue su marcha más por la inercia del tiempo que por mi determinación a que avance. Tal vez estas lineas sean para forzar a la mente a articular cualquier enunciado, aquel enunciado que se niega en los trabajos finales y en la tesis. Mientras, un terrible y monstruoso García Márquez que vive para contar mi propia desidia ante un hombre que en condiciones diametralmente opuestas y complejas a las mías logró lo que todos sabemos... Sí, falta pasión.

la quieta calle, donde el eco dijo
tuya es mi vida, tuyo es mi querer
bajo el burlon, mirar de las estrellas
que con indiferencia, hoy me ven volver.

1 comentario:

Ireneo Morris dijo...

es curioso. aparentemente no hay mucho que decir y sin embargo, estás contando una vida totalmente distinta. vaya que han pasado aguas por debajo de los puentes.
sabes que el cariño perdura