A modo de consuelo, dicen en el programa de los resúmenes deportivos del domingo: "Toluca, fue el único equipo que vendió cara la derrota en los cuartos de final".
¿Acaso me importa que el equipo de mis amores haya sido el único perdedor digno? Me vale madres... Perdió, eso sí me importa. Y en ese momento el "milagro" de los Indios de Cd. Juárez, deseaba que no fuera tal.
El post anterior de este blog, "El pez grande y el pez chico" dejó ver cierta simpatia de un servidor por el club "sorpresa" de la liguilla, Indios de Ciudad Juárez, pero algo en el fondo del plexo me invitaba a apoyar a "mi" equipo, "mis" diablos, con quienes he disfrutado 5 campeonatos y sufrido 2 subcampeonatos y tres años consecutivos de librar el descenso en las últimas fechas del torneo...
Creo que soy un aficionado extraño del futbol, un aficionado masoquista... Después de eliminar al equipo que apoyo de antemano, comienzo a apoyar a aquel que lo derrotó. Tal vez porque sé que es el equipo que pudo ser el mio, tal vez porque creo que es el único digno de haber derrotado a mi club, tal vez porque me rehuso a aceptar que cualquier equipillo eliminó al mio... sucedio con Bulgaria en el mundial del 94, sucedio con Alemanía en el 98, con el Pachuca en el 2000, ahora con los Indios... Sólo una vez no sucedio, con EU en el 2002, las causas son obvias...
1 comentario:
en lo primero que debemos estar de acuerdo es que fue un gran juego, trepidante, de lucha, de contener aliento a cada llegada infructuosa de los rojos. y eso ya, como seguidores del futbol, se aprecia, sin importar demasiado quien gane y quien pierda.
cuando el silbante pitó el final, de inmediato pensé en todos los seguidores del toluca que conozco, es decir, en ti, en lo mucho que te estarías revolcando justo después de superar la incredulidad, y para serte sincero, me causó un poco de gracia, pero también sentí la pena que abruma los corazones de los buenos aficionados de ley como vos.
por ti diré que lo siento, pero por el futbol no. ese duelo simbolizó muchas cosas, sobre todo, el david que con una pedrada, una buena defensa y especialmente mucha actitud, dejó sembrado al goliat del torneo. carajo, claro que es épico.
y no creo que seas masoquista, creo que eres honesto: es imposible dejar de aplaudir, aún a pesar del estertor de la derrota, el espíritu y el corazón de un equipo como estos indios. como fiel lector galeanesco, eres un aficionado ético que aprecia el buen futbol per se, y sabes, que a final de cuentas, eso es lo que vale.
un buen abrazo. (si andas el sábado acá vamos a ver a los pumas)
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