Es cada vez más cotidiano ver un fútbol amedrentado, conservador, purista, los jugadores y técnicos se han especializado en economía, economizan esfuerzo, economizan espectáculo, economizan delanteros, economizan el fútbol por si acaso se les fuera a acabar o porque no quieren que sus acciones en la bolsa bajen si hay muchos goles. En tiempos de crisis hay que economizar porque uno no sabe que vaya a pasar mañana, tal vez el gol que se ahorre hoy puede servir para empatar a uno en el próximo juego y calificar como cuarto a la liguilla... Sí, el espíritu del fútbol ha sucumbido a los Havelange y a los Blatter para convertirse en un espíritu de los negocios, de los rendimientos y de la oferta y la demanda.
Pero aún da sorpresas
Ayer, la primera parte de la final mostró dos equipos que, viendo el final del año fiscal, decidieron sacar todo el fútbol que se habían ahorrado en la campaña y evitar la auditoria mediática y de la afición (que hay que decirlo, fueron de los más gastalones este par, gracias, Dios!!!) y el partido culminó con un 3-2 magnifico, porque además fue decidido por un portero, Oswaldo, San Oswaldo Sánchez de los Santos, que evito el 2-3, para el 3-2 final. Son las volteretas del fútbol, quien con más de cien años a sus espaldas aún se atreve a hacer machincuepas de este tipo.
Y el espíritu del juego está ahí, al alcance de la mano, pero siempre es caprichoso, sólo de vez en cuando aparece para mostrarse en toda plenitud, sin tapujos, sin tabúes, y en esta misma actitud caprichosa, un día se levanta de buenas y dice: - Hoy va todo... y salen cosas como estas, en el mejor escenario, final de torneo, el lider contra el sublider de la tabla, sin oportunismos, sin sistemas regateadores, sin ahorro, sin especular, dos equipos salen al campo a librar una batalla de alegría, de garra, de puro fútbol...
Hay otros días en que uno piensa que el espíritu del futbol parece haber estado en las gradas del estadio Cuauhtemoc echando algunas chelas de más con la afición camotera y se muestra caótico, sin orden, mostrando que aunque los años lo han vuelto sobrio y conservador aún puede comportarse como el más nihilista de los espíritus, como un Puck, un Dionisios o un Loki, e irse de farra y organizar una orgía de goles. En el sitio menos esperado cuando nada se disputa, unos ya calificados, los otros eliminados, nada que perder y nada que ganar, en un juego de trámite el espíritu del fútbol entra en éxtasis y esto es lo que resulta...
Estos pequeños destellos son los que permiten que uno levante el control remoto, vaya a una cantina o se atreva a comprar un boleto para ir al estadio, esperando tener la suerte de agarrar de buenas a este tan mentado espíritu con forma de pelota y actitud soberbia, de amante chiquitero, que hace que uno caiga enamorado nuevamente después de muchos encuentros precoces, rutinarios, sin imaginación y de pronto, dos horas de puro amor... tanta hambruna y en un momento termina uno empachado con tanto gol.
"Morir... dormir; no más; y con un sueño saber que dimos fin a las congojas, y a los mil sobresaltos naturales que componen la herencia de la carne, consumación es esta que con ruegos se puede desear. Morir, dormir. ¡Dormir! ¡Tal vez soñar! ¡He ahí el obstaculo!" Hamlet. A. III Esc. I.
viernes, 3 de diciembre de 2010
jueves, 2 de diciembre de 2010
Las cábalas de Macbeth... o ¡Ay nanita! ahi vienen las brujas.
Como en muchas disciplinas hay distintos relatos que siempre funcionan como la sal y la pimienta de la mística de todas y cada una de ellas. Están los relatos de personajes que simbolizan el espíritu de la profesión, como Vatel para la gastronomía; de él se dice que se suicido al no poder preparar un plato para Luis XIV. Otros funcionan para establecer una crítica sobre la profesión misma, como la del antropólogo que fue a observar los rituales de una tribu del amazonas y vio que uno de los indígenas representaba a un antropólogo observando el ritual.
El terreno de las artes no es la excepción sino que, por el contrario, es donde más aparecen este tipo de relatos, Van Gogh y sus insolaciones, la homosexualidad de Leonardo, los ataques de Pollock, los viejitos del Gabo, etc. El teatro, como buen arte colectivo esta plagado de cábalas, leyendas, rituales, personajes emblemáticos, palabras prohibidas, y demás. Desde no usar color amarillo en el escenario, no desear suerte sino mierda, no tejer en escena, no regalar claveles, no tener dos vestuarios iguales, no decir la palabra “víbora” en el escenario, y otras más descabelladas y excéntricas como tirar sal en un rincón del vestidor o un plato para que los actores invitados por otros actores dejen una cooperación a los colegas en el escenario.
Trono de Sangre (Cartel) |
Una de mis favoritas por la enorme cantidad de contextos en que se desenvuelve son las cábalas alrededor de Macbeth de Shakespeare. Se considera que ésta obra esta “maldita”, y debido a esto se han dado varias interpretaciones de las causas de la maldición y sus antídotos; entre ellas se dice que los distintos conjuros evocados por las brujas dentro de la ficción son verdaderos conjuros de magia negra que invocan a los espíritus, debido a que Shakespeare además de dramaturgo era un gran aficionado a las ondas místicas, principalmente los que ocurren en el acto IV esc. I, por lo que no debe mencionarse el nombre de la obra cerca de un teatro, ni tampoco citar más de cuatro versos de la obra pues se cae en riesgo de evocar los espíritus que condenaron a Macbeth, en su lugar se debe decir "La tragedia escocesa" o "La obra del bardo". En un terreno más mundano se dice que cuando una compañía teatral tenía problemas económicos y/o estaba a punto de separarse por problemas internos, montaban una obra popular que les permitiera salir del mal paso o llevarse una buena tajada de dinero al momento de separarse, y generalmente se representaba Macbeth, pues era conocida por todo el mundo y aseguraba un éxito de taquilla.
Una más, quizá la más cercana a la temática general de la obra y también la más siniestra es que el personaje de Macbeth representa todo aquello que no debe representar el ser humano, Macbeth a diferencia de otros personajes de tragedias de varias épocas es el único que se deja llevar completamente por su pulsión o pasión a sabiendas que esto lo corrompera. Esto se ha relacionado con el concepto de las pulsiones de eros y tánatos en el psicoanálisis y la forma en que Platón describía la dualidad orden-destrucción en el ser humano: En todo hombre hay una constante lucha entre el bien y el mal, entre el orden y la destrucción, dicotomía también llevada al terreno de la razón y la pasión, Platón explica que la conciencia del hombre esta siempre en una constante carrera entre caballos blancos y caballos negros, los cuales representan esta dualidad humana. Macbeth, conscientemente permite que los caballos negros ganen esta carrera, destruyendo todo lo que esta a su paso en pos del beneficio propio. Por esta razón se dice en las cábalas que no se debe representar Macbeth, debido a que el actor que lo interprete estaría permitiendo que sus caballos negros ganaran la carrera y, por lo tanto alteraría el significado del bien y el mal y todas las estructuras basadas en este principio, como lo mencionan las brujas al inicio del primer acto: “Mal es bien. Bien es mal.”(A. I esc. I)
Dejo el trailer de Trono de sangre de Akira Kurosawa, la mejor interpretación de "la tragedia escocesa" hasta hoy.
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martes, 30 de noviembre de 2010
Zapata cabalga de nuevo...
Entre la enorme serie de absurdos que existen en el terruño, hay uno que me llamó la atención en los últimos dias. Con motivos del centenario de la revolución mexicana, el Estado de México logró hacer lo impensable... (no, no fue hacer que el Vaticano por enesima vez se retracte de sus dogmas en pos del dinero y favores políticos que puede ofrecer un gobernador) hizo que uno de los más grandes líderes revolucionarios cabalgara de nuevo: Emiliano Zapata.
Quién iba a pensar que el mito magnificado de Kazan se haría realidad 58 años después de su estreno? El final de la película !Viva Zapata!, muestra al traidor desesperado porque los militares han matado a Zapata pero no a su blanco corcel, que huye rápidamente por las llanuras, mientras se escucha decir "Esta gente es supersticiosa" y "A veces, un hombre muerto puede ser un terrible enemigo" De ahí, el camino a ¡Zapata vive! ¡La lucha sigue! se da por descontado.
Y hace poco Zapata cabalgó nuevamente; poco, es cierto, unos doscientos metros, pero hay que tomar en cuenta su edad y su tamaño (la estatua ecuestre más grande del mundo, 11 metros de alto, como si el tamaño fuera el indicador del significado que carga), cabalgó, se detuvo, giró y miró fijamente en dirección a su antiguo aposento, ahora alejado de los obreros, estudiantes y trabajadores comunes que tomaban su transporte público al pie de su caballo en la entrada de San Mateo Atenco, con el paso del tren a sus espaldas y los camiones por el frente; ahora queda triste y aislado en medio de la avenida más transitada de Toluca, Paseo Tollocan, donde ya nadie podrá alcanzarlo sin lanzarse antes a la aventura de evadir varios autos lujosos que circulan arriba de los 100 km/h en dirección al aeropuerto de Toluca y hacia Metepec, el nuevo paraíso para ejecutivos de Santa Fe. Para que Zapata sea el ícono que recibe a los oligarcas contra los que batalló y lanzando el culo de su caballo en dirección a la población zapatera a la que defendió.
Otro absurdo, nada nuevo, a cada momento el estado se encarga de difamar y pisotear en nombre de la patria a los que lucharon por ella.
Una más del gobierno que nos espera.
Quién iba a pensar que el mito magnificado de Kazan se haría realidad 58 años después de su estreno? El final de la película !Viva Zapata!, muestra al traidor desesperado porque los militares han matado a Zapata pero no a su blanco corcel, que huye rápidamente por las llanuras, mientras se escucha decir "Esta gente es supersticiosa" y "A veces, un hombre muerto puede ser un terrible enemigo" De ahí, el camino a ¡Zapata vive! ¡La lucha sigue! se da por descontado.
Antes |
Ahora |
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jueves, 18 de noviembre de 2010
Volver...
Vuelvo sin mucho que decir... o mejor dicho con mucho que contar pero sin encontrar las palabras que resuelvan el laberinto mental. Ya estoy en el caótico y seductor DF, con la mujer que amo. La maestría sigue su marcha más por la inercia del tiempo que por mi determinación a que avance. Tal vez estas lineas sean para forzar a la mente a articular cualquier enunciado, aquel enunciado que se niega en los trabajos finales y en la tesis. Mientras, un terrible y monstruoso García Márquez que vive para contar mi propia desidia ante un hombre que en condiciones diametralmente opuestas y complejas a las mías logró lo que todos sabemos... Sí, falta pasión.
la quieta calle, donde el eco dijo
tuya es mi vida, tuyo es mi querer
bajo el burlon, mirar de las estrellas
que con indiferencia, hoy me ven volver.
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tuya es mi vida, tuyo es mi querer
bajo el burlon, mirar de las estrellas
que con indiferencia, hoy me ven volver.
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sábado, 24 de abril de 2010
A contraluz…
Hace muchos años que lo conocí. Durante ese tiempo yo jugaba futbol como loco sin paga y leía como aficionado sin paga. Las cosas han cambiado, ya me pagan (no muy bien que digamos) por leer, aunque me sigo considerando un aficionado, nunca le encontrare ese sentido totalizador y englobante de la vida a la literatura; pero de futbol, nada. Ni juego, ni veo y pocas son las ocasiones en que surge una conversación de futbol no sin cierta dosis de alcohol para envalentonar a los futboleros de closet o los falsos intelectuales. Sólo, a veces, tomo ese libro y me emocionó con las letras que desbordan como el lateral izquierdo más rápido que haya existido. Yo lo quería comprar, lo juro, y para lo único que me alcanzó fue para tenerlo de prestado… Ustedes dirán - ¿Pero qué no te pagan para eso? ¿Para tener libros?
Y sin poder evitarlo echo una mirada a ninguna parte, esbozo un suspiro de jugador después de ganar en tiempo extra y digo, con la mayor desfachatez: - Lo he comprado unas cinco o seis veces.
Cada vez que me llama una librería y acudo como marino extasiado al canto de una sirena (con el riesgo de naufragar la billetera) y lo encuentro, me resulta casi imposible no comprarlo aunque cueste no llegar a fin de mes (que tampoco es tan caro, realmente). El problema es que siempre que al fin lo poseo encuentro un delantero frustrado, un mediocampista perdido, un defensa temeroso, un portero goleado, un entrenador confundido o un aficionado desencantado y sé que ese libro tiene que llegar a más manos, a las manos de los que no fueron, de los desposeídos del amor de ella, la redonda, la amante caprichosa que es la pelota.
Entonces me siento ese diez que nunca fui, mandando pases del libro que llega a mí y que distribuyo jugando fácil, a dos toques: recibo y paso. A veces con sobriedad y mucha etiqueta como Francescoli, o como Simeone, a golpe y porrazo; alguna vez como un Beckham o un Cristiano Ronaldo, con comercial y todo; o con precisión quirúrgica y potencia de vólido de formula 1 como Beckenbauer; otras con mucha gambeta, como Garrincha y otras más (afortunadamente las más) como el niño en la calle o el parque trastabillando de la risa y dando el libro por darlo.
Y ya van varios goles anotados en este partido por todo tipo de grandes jugadores, todos de gran clase. La constante, la que en todos los partidos da el cien y aún se atreve, en el último minuto, de hacer un pique de cincuenta metros para rematar con la cabeza, como sólo ella sabe hacerlo (Karla, La puchunga, Urbano); el veterano brillante, pero que ya pocas veces la hace de titular por los años dando y recibiendo patadas (El Tio, Gutierrez); Ese nueve carismático que se mueve como delfín por toda la cancha pero ahora ausente por sendas lesiones, de las que deseo pronto se recupere y regrese a la actividad, fuerza camarada (El camarada Daniel); ese otro, la estrella de antaño, que cambió de camiseta y ahora juega para otro club, (El Tata, Zermeño); la nueva contratación, ojala renueve contrato hasta el retiro porque promete, y mucho (La amigui, Paulina Vaca); otra joven promesa que esta a punto de entrar de refresco, listo para recibir el pase a gol (Mario Uraga, este aún no tiene apodo); y finalmente, ese otro grande, el más grande diría yo, el compañero de toda la vida y de todos los partidos, el que la hizo individual, cual Maradona, para meter su gol y a la siguiente jugada me dio el pase para que metiera el mío (Francisco Pancho González).
Aunque uno no sabe si el partido esta empezando, al medio tiempo o anda uno acalambrado en la prorroga, sabe que ha dado los pases para gol, como a mi me dieron el pase y anote un gol de antología, con chanfle, de campana y a la horquilla. Y esos goles tienen un sabor especial, no como los de ganar un campeonato, que son goles eufóricos y siempre precedidos de un buen funcionamiento; sino como los goles en un clásico después de una mala temporada o como los goles del equipo pequeño que se salva del descenso en el último partido de la temporada. Son de esos goles que liberan la tensión, que te hacen llorar por conseguir algo que pensabas perdido y te dan la alegría de saber que tendrás nuevas oportunidades para hacerla.
Mientras se toma uno un respiro cuando la pelota está allá, lejos, y pienso en el libro aquel, el de pasta naranja y letras azules que creo nunca lo tendré (aunque seguramente la próxima vez lo retendré un poco para caracolear en sus páginas), porque poseer un libro como este es como el jugador que nunca suelta el pase, siempre termina abucheado, perdiendo la bola y en el suelo. E imagino los siguientes pases de ese libro, el del uruguayo, ese que se llama…
Voy a la librería para ver si aún se puede dar otro pase.
Y sin poder evitarlo echo una mirada a ninguna parte, esbozo un suspiro de jugador después de ganar en tiempo extra y digo, con la mayor desfachatez: - Lo he comprado unas cinco o seis veces.
Cada vez que me llama una librería y acudo como marino extasiado al canto de una sirena (con el riesgo de naufragar la billetera) y lo encuentro, me resulta casi imposible no comprarlo aunque cueste no llegar a fin de mes (que tampoco es tan caro, realmente). El problema es que siempre que al fin lo poseo encuentro un delantero frustrado, un mediocampista perdido, un defensa temeroso, un portero goleado, un entrenador confundido o un aficionado desencantado y sé que ese libro tiene que llegar a más manos, a las manos de los que no fueron, de los desposeídos del amor de ella, la redonda, la amante caprichosa que es la pelota.
Entonces me siento ese diez que nunca fui, mandando pases del libro que llega a mí y que distribuyo jugando fácil, a dos toques: recibo y paso. A veces con sobriedad y mucha etiqueta como Francescoli, o como Simeone, a golpe y porrazo; alguna vez como un Beckham o un Cristiano Ronaldo, con comercial y todo; o con precisión quirúrgica y potencia de vólido de formula 1 como Beckenbauer; otras con mucha gambeta, como Garrincha y otras más (afortunadamente las más) como el niño en la calle o el parque trastabillando de la risa y dando el libro por darlo.
Y ya van varios goles anotados en este partido por todo tipo de grandes jugadores, todos de gran clase. La constante, la que en todos los partidos da el cien y aún se atreve, en el último minuto, de hacer un pique de cincuenta metros para rematar con la cabeza, como sólo ella sabe hacerlo (Karla, La puchunga, Urbano); el veterano brillante, pero que ya pocas veces la hace de titular por los años dando y recibiendo patadas (El Tio, Gutierrez); Ese nueve carismático que se mueve como delfín por toda la cancha pero ahora ausente por sendas lesiones, de las que deseo pronto se recupere y regrese a la actividad, fuerza camarada (El camarada Daniel); ese otro, la estrella de antaño, que cambió de camiseta y ahora juega para otro club, (El Tata, Zermeño); la nueva contratación, ojala renueve contrato hasta el retiro porque promete, y mucho (La amigui, Paulina Vaca); otra joven promesa que esta a punto de entrar de refresco, listo para recibir el pase a gol (Mario Uraga, este aún no tiene apodo); y finalmente, ese otro grande, el más grande diría yo, el compañero de toda la vida y de todos los partidos, el que la hizo individual, cual Maradona, para meter su gol y a la siguiente jugada me dio el pase para que metiera el mío (Francisco Pancho González).
Aunque uno no sabe si el partido esta empezando, al medio tiempo o anda uno acalambrado en la prorroga, sabe que ha dado los pases para gol, como a mi me dieron el pase y anote un gol de antología, con chanfle, de campana y a la horquilla. Y esos goles tienen un sabor especial, no como los de ganar un campeonato, que son goles eufóricos y siempre precedidos de un buen funcionamiento; sino como los goles en un clásico después de una mala temporada o como los goles del equipo pequeño que se salva del descenso en el último partido de la temporada. Son de esos goles que liberan la tensión, que te hacen llorar por conseguir algo que pensabas perdido y te dan la alegría de saber que tendrás nuevas oportunidades para hacerla.
Mientras se toma uno un respiro cuando la pelota está allá, lejos, y pienso en el libro aquel, el de pasta naranja y letras azules que creo nunca lo tendré (aunque seguramente la próxima vez lo retendré un poco para caracolear en sus páginas), porque poseer un libro como este es como el jugador que nunca suelta el pase, siempre termina abucheado, perdiendo la bola y en el suelo. E imagino los siguientes pases de ese libro, el del uruguayo, ese que se llama…
Voy a la librería para ver si aún se puede dar otro pase.
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martes, 16 de febrero de 2010
Luto, lagrimones y una carcajada
Ha pasado el 14 de febrero, y como desde la secundaria le pierdo el sentido a una fecha tan trivial y que cada vez esta más cercana a la mercadotecnia que a un verdadero sentimiento de fraternidad entre las personas me dispuse a vivirlo sin siquiera saber que era este el día…
El actual día del “amor y la amistad” paso por distintas etapas que culminaron en la melancolía, iniciando en el enojo, la desilusión y el amor, la risa y el posterior extrañamiento…
Ni siquiera pensaba en la fecha, abrí el correo electrónico y me tope de frente con una triste despedida, Sin la turbiedad del amor y la antipatía deja su mundo virtual para perderse en el infinito cibernético, una gran relatora deja la calladas las letras que seguí desde su inicio, donde la anécdotas parecían cuentos y los momentos tristes recordaban a Sabina. Muchas vueltas de las manecillas han quedado en esas pláticas con una pantalla que develaba unos labios femeninos que invitaban a la conversación y a la risa.
El mundo de la www torna y retorna y espero pronto un blog menos melancólico con la misma invitación a la conversación. Chau Are del mundo bloguero…
Pero regresando a la trivial fecha donde un concierto termino más pronto de lo que pensaba y unos horarios en rojo impidieron ver a Benicio del Toro echando aullidos, pensé en las películas que uno puede ver en un día como ese sin necesidad de pelear con una taquilla abarrotada. Llegue a 5 conclusiones, ad hoc para los distintos estereotipos del enamorado de San Valentín…
1.- Para la mujer que quiere ver hacia delante después del fatídico truene: El diario de Bridget Jones.
2.- Para el hombre en las mismas circunstancias: No sos vos, soy yo.
3.- Para el que ve la traición a la cara y cree que no hay salida: Si yo hubiera.
4.- Para el que piensa que eso del amor ya no es para él o ella: Elsa y Fred.
5.- Y para aquel que el amor es un todo que revolotea por todas las relaciones humanas: Realmente amor.
Falta la carcajada prometida del titulo, al regreso infructuoso del concierto no oído y la película no vista, un tanto desaminado, la dueña de mis quincenas y de mi corazón volvimos algo apesadumbrados a la casa suegril a terminar el día de la mejor manera que pudiéramos, no sabiendo que ver o que hacer regresamos a las bases, y con esto una última película, la que no contempla en gran medida el 14 de febrero, día consagrado a los enamoradizos, a los inicios y finales de relaciones personales, a los desengaños y los reencuentros de amores falsos y amores trascendentales. Pero olvidamos a los amores consagrados. Esos para los que la miel es demasiada y la hiel hace tiempo que la olvidaron en las relaciones estudiantiles. Para estas raras parejas no hay mejor manera de pasar la tarde del 14 de febrero que viendo:
6.- El crimen ferpecto.
El sol comenzaba a ocultarse y la oscuridad recordaba que San Valentín se extinguía y que pronto el retorno a la cotidianeidad reclamaría su hambrienta atención, salí triste despidiéndome de la mujer amada y Bob Dylan, Silvio y Elvis protegieron mi viaje de regreso con notas que me impidieran olvidarla…
Y aunque no este de moda, un verso del buen Silvio:
Desnudémonos, pues, como viejos amantes,
Que lo mismo de siempre nos queda delante;
Desnudémonos, pues, como viejos amantes:
Que se apague la luz y que el sol se levante.
El actual día del “amor y la amistad” paso por distintas etapas que culminaron en la melancolía, iniciando en el enojo, la desilusión y el amor, la risa y el posterior extrañamiento…
Ni siquiera pensaba en la fecha, abrí el correo electrónico y me tope de frente con una triste despedida, Sin la turbiedad del amor y la antipatía deja su mundo virtual para perderse en el infinito cibernético, una gran relatora deja la calladas las letras que seguí desde su inicio, donde la anécdotas parecían cuentos y los momentos tristes recordaban a Sabina. Muchas vueltas de las manecillas han quedado en esas pláticas con una pantalla que develaba unos labios femeninos que invitaban a la conversación y a la risa.
El mundo de la www torna y retorna y espero pronto un blog menos melancólico con la misma invitación a la conversación. Chau Are del mundo bloguero…
Pero regresando a la trivial fecha donde un concierto termino más pronto de lo que pensaba y unos horarios en rojo impidieron ver a Benicio del Toro echando aullidos, pensé en las películas que uno puede ver en un día como ese sin necesidad de pelear con una taquilla abarrotada. Llegue a 5 conclusiones, ad hoc para los distintos estereotipos del enamorado de San Valentín…
1.- Para la mujer que quiere ver hacia delante después del fatídico truene: El diario de Bridget Jones.
2.- Para el hombre en las mismas circunstancias: No sos vos, soy yo.
3.- Para el que ve la traición a la cara y cree que no hay salida: Si yo hubiera.
4.- Para el que piensa que eso del amor ya no es para él o ella: Elsa y Fred.
5.- Y para aquel que el amor es un todo que revolotea por todas las relaciones humanas: Realmente amor.
Falta la carcajada prometida del titulo, al regreso infructuoso del concierto no oído y la película no vista, un tanto desaminado, la dueña de mis quincenas y de mi corazón volvimos algo apesadumbrados a la casa suegril a terminar el día de la mejor manera que pudiéramos, no sabiendo que ver o que hacer regresamos a las bases, y con esto una última película, la que no contempla en gran medida el 14 de febrero, día consagrado a los enamoradizos, a los inicios y finales de relaciones personales, a los desengaños y los reencuentros de amores falsos y amores trascendentales. Pero olvidamos a los amores consagrados. Esos para los que la miel es demasiada y la hiel hace tiempo que la olvidaron en las relaciones estudiantiles. Para estas raras parejas no hay mejor manera de pasar la tarde del 14 de febrero que viendo:
6.- El crimen ferpecto.
El sol comenzaba a ocultarse y la oscuridad recordaba que San Valentín se extinguía y que pronto el retorno a la cotidianeidad reclamaría su hambrienta atención, salí triste despidiéndome de la mujer amada y Bob Dylan, Silvio y Elvis protegieron mi viaje de regreso con notas que me impidieran olvidarla…
Y aunque no este de moda, un verso del buen Silvio:
Desnudémonos, pues, como viejos amantes,
Que lo mismo de siempre nos queda delante;
Desnudémonos, pues, como viejos amantes:
Que se apague la luz y que el sol se levante.
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miércoles, 27 de enero de 2010
Dias lluviosos o ¡El culo no esta para besitos!...
Hace ya varios meses que deje callado a este blog.Y hoy me recibe con sabores amargos, debido a algún reproche por el tiempo de abandono.
Letras llorosas de la banda bloguera a la que sigo por admiración y camaraderia.
Los tiempos pintan extraños, ya no quiero (pero sí quiero) leer la "Proceso", me deprime. Y esperando encontrar cierto consuelo a los terremotos, a las guerras inexistentes pero muy reales, a la tesis trabada de mi amor y a los futbolistas que pierden por mil a cero y que aun esperamos que remonten el marcador. Me encuentro que el virtual terreno de conversación de los allegados también se encuentra torbo, introspectivo.
¿Seran los días frios que sobrecogen y obligan a la reflexión? ¿O sera que realmente algo pinta como una masa informe que atasca y desespera? Simplemente creo que "el culo no esta para besitos".
Quisiera poder aportar una anecdota amena, un chiste nuevo, algo que revitalice al menos un instante del dia... Pero no lo tengo.
Así, ante el reproche justificado por el abandono de este blog, creo que sólo queda gachar la cabeza y esperar alguna tarde soleada...
Con mucho cariño al Camarada, a la are, a Nat y Anita que nos tiene muy abandonados...
Letras llorosas de la banda bloguera a la que sigo por admiración y camaraderia.
Los tiempos pintan extraños, ya no quiero (pero sí quiero) leer la "Proceso", me deprime. Y esperando encontrar cierto consuelo a los terremotos, a las guerras inexistentes pero muy reales, a la tesis trabada de mi amor y a los futbolistas que pierden por mil a cero y que aun esperamos que remonten el marcador. Me encuentro que el virtual terreno de conversación de los allegados también se encuentra torbo, introspectivo.
¿Seran los días frios que sobrecogen y obligan a la reflexión? ¿O sera que realmente algo pinta como una masa informe que atasca y desespera? Simplemente creo que "el culo no esta para besitos".
Quisiera poder aportar una anecdota amena, un chiste nuevo, algo que revitalice al menos un instante del dia... Pero no lo tengo.
Así, ante el reproche justificado por el abandono de este blog, creo que sólo queda gachar la cabeza y esperar alguna tarde soleada...
Con mucho cariño al Camarada, a la are, a Nat y Anita que nos tiene muy abandonados...
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